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Es una
superposición de un castro y un acantilado que parecen
formar, según la marea,
el perfil de la cara de Cristo. Merece la pena acercarse al paraje
donde se
encuentra porque tiene unas preciosas vistas de la costa. Para poder
verlo hay
que adentrarse en una especie de finca situada junto al acceso a la
playa de
Troenzo, aunque hay una valla que pone propiedad privada(no hacer
caso), se
puede acceder al lado de la valla por un hueco con una especie de
escalones.
Seguir el camino de tierra hasta el final y continuar de frente hasta
el borde
de los acantilados. No hay una señal que indique desde donde
se puede ver la
cara, así que hay que descubrirlo por uno mismo. |
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